
Jesús subió al monte seguido de una gran multitud y les predicó el Sermón de la Montaña con las bienaventuranzas:
– Bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.
– Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados.
– Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos serán hartos.
– Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia.
– Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.
– Bienaventurados los pacíficos porque ellos serán llamados hijos de Dios.
– Bienaventurados los que sufren persecución de la justicia porque de ellos será el Reino de los Cielos.