
Jesús era el Hijo de Dios y tenía el poder de hacer milagros. El primero lo hizo en Caná de Galilea. Había una boda e invitaron a la fiesta a Jesús, a su madre María y a los discípulos. María se dio cuenta de que se había acabado el vino. ¡Imaginaos qué vergüenza!
Entonces María dijo a Jesús: – No tienen vino. Había allí seis tinajas o jarras de piedra y Jesús dijo a los sirvientes: – Llenadlas de agua. Cuando estuvieron llenas, Jesús siguió diciendo: – Ahora cogedlas y llevadlas al jefe del banquete para que lo pruebe.