A Enrique II le sucedieron sus tres hijos, Francisco II, Carlos IX y Enrique III. Los tres eran poco inteligentes y con una débil voluntad. Se dejaron gobernar o por su madre o por los bandos de nobles que unas veces estaban a favor de los católicos y otras de los protestantes. Esta falta de voluntad de los reyes fue muy negativa para Francia.
Se distinguieron tres matanzas:
– LA MATANZA DE VALMY se produjo cuando el duque católico Francisco de Guisa entró en el pueblo de Valmy y encontró a unos calvinistas cantando salmos bíblicos. Se produjo una discusión y dio muerte a la mayor parte de los calvinistas.
– LA NOCHE DE SAN BARTOLOMÉ. Los católicos solicitaron ayuda a Felipe II y los calvinistas a Isabel de Inglaterra. Las tropas de Guisa asesinaron el 24 de agosto de 1572, fiesta de San Bartolomé a la mayor parte de los calvinistas que vivían en París y en otras ciudades. (Ver el dibujo superior).
– LA MATANZA DE TOURS. Los calvinistas se reorganizaron y asesinaron en Tours a centenares de católicos en condiciones terribles.
Enrique III nombró heredero a Enrique de Borbón, calvinista y rey de Navarra, por lo que los católicos no quisieron reconocerlo. Más tarde Enrique de Borbón, hombre sin escrúpulos, se convirtió al catolicismo y dijo: «París bien vale una misa«. Felipe II le reconoció como rey y finalizaron las guerras de religión.