
Algunos fariseos de entre la multitud le dijeron:
– Maestro reprende a tus discípulos. Él les respondió:
– Os digo que si éstos callan gritarán las piedras.
Y cuando se acercó, al ver la ciudad, lloró sobre ella, diciendo:
– ¡Si conocieras también tú en este día lo que te lleva a la paz!; sin embargo, ahora está oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que no solo te rodearán tus enemigos con vallas y te cercarán y te estrecharán por todas partes, sino que te aplastarán contra el suelo a ti y a tus hijos que están dentro de ti y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no has conocido el tiempo de la visita que se te has hecho. (Lucas 19, 39-33).
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Jesús nos visita a cada uno de nosotros, viene como nuestro Salvador, nos enseña por medio de la predicación de la Iglesia, nos da su perdón y su gracia en los sacramentos. No debemos rechazar al Señor, no debemos permanecer insensibles a su visita.
(Pintura: Decapitación de Juan. WEYDEN, Roger van der. Staatliche Museen. Berlín).