
Los exámenes están pensados para medir hasta qué punto se ha estudiado y se domina una materia. Para superarlos con éxito hay que dominar bien todo el contenido, estar en buenas condiciones físicas y mentales y adoptar unas actitudes apropiadas.
La primera preparación para un examen empieza al principio del curso. El éxito final se fundamenta en el trabajo regular de todo el año.
Hacer los repasos suficientes con el fin de que los conocimientos dejen huella en la memoria. Son aconsejables tres repasos: el que se hace inmediatamente después del estudio de cada tema, el repaso intermedio y el repaso final. Este último hacerlo la semana anterior a la prueba de forma que se distribuya el tiempo disponible para todos los temas. No debe haber prisas de última hora, ni noches en blanco, ni abusar del café cargado. No tomar anfetaminas ni otros estimulantes; sólo es aconsejable lo recomendado por el médico.
Enterarse bien de las características del examen: si es de prueba objetiva o de tipo ensayo; si se puede elegir entre varias preguntas cortas; si puntúan los errores o no, etc.
Procurar llevar al examen todo el material necesario: bolígrafos, lápiz, goma, diccionarios, calculadora, reloj, etc. porque a veces un olvido puede conducir al fracaso.
Todo examen lleva consigo un cierto grado de nerviosismo o de ansiedad. Si esta ansiedad es ligera puede ser un estímulo positivo para el esfuerzo, pero si es excesiva y no se canaliza en un trabajo productivo puede ser muy perjudicial y conducir a una inhibición general de los procesos mentales.
Procurar no ponerse junto a compañeros que tratan de copiar o preguntan constantemente para no sufrir las consecuencias.
Es conveniente dormir con normalidad la noche anterior al examen. Es mejor tener la mente despejada que unos datos más, adquiridos precipitadamente.
Seguir atentamente las instrucciones del profesor y contestar a lo que se pide, ya sea resumir, comparar, definir, criticar, etc. Distribuir el tiempo disponible entre los temas a desarrollar. En los exámenes escritos sobre temas extensos procurar hacer un esquema de cada pregunta en papel aparte. Es preferible anotar las palabras clave de todas las ideas del tema y organizarlas según un orden lógico, antes de empezar a escribir.
Entregar el examen de los últimos y repasarlo antes de darlo al profesor. Fijarse en las faltas de ortografía, las omisiones y la redacción.