
De los muchos acontecimientos de los tres años de vida pública de Jesús se pueden destacar el bautismo en el Jordán, las tentaciones en el desierto, la predicación sobre el Reino de Dios, la transfiguración en el monte Tabor, la subida a Jerusalén, su entrada mesiánica en la Ciudad Santa y los misterios finales de la Pasión y muerte para redimir a los hombres.
El bautismo de Jesús en el Jordán
Con el bautismo comienza la vida pública del Señor. El Precursor se resiste a bautizarle, pero Jesús insiste y Juan Bautista le bautiza. Fue el momento de la manifestación de Jesús ante el pueblo de Israel como el Mesías prometido del Antiguo Testamento y como el Hijo de Dios igual al Padre. El bautismo de Cristo nos recuerda nuestro bautismo.
Las tentaciones de Jesús en el desierto
Después de ser bautizado por Juan, Jesús se retiró al desierto para rezar, permitiendo ser tentado por el diablo. Las respuestas al tentador ponen de manifiesto la identificación filial con el designio de la salvación querido por Dios, su Padre. La Iglesia celebra cada año la cuarentena de Jesús en el desierto, venciendo con su penitencia las tentaciones del diablo para darnos ejemplo.
La predicación sobre el Reino de Dios
Jesús vino al mundo a predicar el Reino de Dios y fundar la Iglesia. De esta predicación son especialmente significativos el Sermón de la Montaña y las parábolas, confirmando su misión con la santidad de vida y los milagros. Desde el comienzo de la vida pública, Jesús eligió doce Apóstoles para estar con Él y asociarlos a su misión.