El genio de Newton descubrió las leyes del movimiento de los astros.
Pero fue necesaria otra inteligencia para establecer esas leyes y para lanzar en el espacio con gran velocidad y regularidad estos innumerables mundos que constituyen el universo.
En la isla de Santa Elena, decía Napoleón al general Bertrand:
– «Mis victorias os han hecho creer en mi genio; el universo me hace creer en Dios. ¿Qué significa la más bella maniobra militar comparada con el movimiento de los astros?»
(Pintura: Retrato de Erasmo de Roterdam escribiendo. HOLBEIN, Hans, el Joven. Museo Basle.)