
Objetivo:
Aprender a vivir el segundo Mandamiento.
El segundo mandamiento de la Ley de Dios es: «No tomarás el nombre de Dios en vano.» Dios es nuestro Creador, nuestro Dueño y Señor. A Él debemos amor, reverencia y respeto.
Si las personas nos exigen que las tratemos con el debido respeto, con muchísima más razón nos exige Dios que su nombre sea pronunciado con respeto. Hay muchas personas que de su boca salen alabanzas al Señor. Su boca se parece a un panal de miel en honor de Dios. Sin embargo, hay otras muchas personas que toman el nombre de Dios sin la debida reverencia.
Pero lo más horrendo del hombre es que, su lengua la use para injuriar y blasfemar el santo nombre de Dios. La blasfemia es un horrendo pecado mortal. También es blasfemar el decir palabras injuriosas graves contra la Virgen y los Santos.
El segundo mandamiento trata también del juramento. Jurar es poner a Dios por testigo de lo que decimos y prometemos.
Cuando juramos con verdad y necesidad, el juramento es bueno Pero jurar con mentira es pecado mortal. Por que es poner a Dios por testigo de nuestra mentira. Jurar con justicia es también poner a Dios por testigo de que se cumplirá lo prometido en una cosa buena.