
I
No lloréis, mis ojos,
Niño-Dios, callad;
que, si llora el cielo,
¿quién podrá cantar?
II
Vuestra Madre hermosa,
que cantando está,
llorará también
si ve que lloráis.
III
O es fuego o es frío
la causa que os dan:
si es amor, mis ojos,
muy pequeño amáis.
IV
Enjugad las perlas,
nácar celestial,
que, si llora el cielo,
¿quién podrá cantar?
V
Los ángeles bellos
cantan que les dais
a los cielos, gloria,
y a la tierra, paz.
VI
Por estas montañas
descendiendo van
pastores, cantando
por daros solaz.
VII
Niño de mis ojos,
¡ea!, no haya más;
que, si llora el cielo,
¿quién podrá cantar?
Lope de Vega.