Lección de No robar

Duración: 10 minutos

Objetivo:

Conocer el séptimo Mandamiento «No hurtarás»


    El séptimo mandamiento nos manda: «No hurtarás». Es decir, que tengamos respeto a los bienes ajenos. Suponte tú que te regalan una preciosa pluma estilográfica y un compañero tuyo te la roba. Comete un pecado, por haberse apoderado de una cosa que no es suya.

    El hacer daño en los bienes ajenos, como quemar o destruir los frutos de la tierra, incendiar una casa o un objeto valioso, es pecado. Si en una tienda compras un objeto como bueno y te dan uno malo, es fraude, y eso es pecado.
    Un obrero trabaja en un taller, hace trabajos importantes de maquinaria. El dueño, con la venta, obtiene muy buenos beneficios y al obrero le paga un salario mezquino, para mal vivir. Peca el empresario, pues a los obreros y empleados hay que pagarles de forma que puedan vivir con decoro, incluso para que puedan ahorrar, como ahorra y tiene bienes el dueño de la empresa cuyas riquezas le vienen producidas por el trabajo de todos.
También pecan contra el séptimo mandamiento los obreros y empleados que no cumplen con su deber, realizando mal o regular su trabajo. Todo lo robado o hurtado hay obligación de restituirlo.
    La causa de tantos robos, hurtos e injusticias está en el egoísmo y en la sed de riquezas. Por eso Jesús nos dice: «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, que por dentro están llenos de rapiñas y codicias!» (Mateo, 23)

    Procurar no coger nunca nada. Pues se empieza por coger un poco y se termina por coger mucho.

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