
Objetivo:
Aprender a hacer oración.
¿Qué es orar? Orar es hablar con Dios nuestro Padre, para adorarle, darle gracias y pedirle toda clase de bienes para el alma y para el cuerpo. A Dios hemos de pedirle primero su gracia para amarle y servirle siempre.
En el orden material, necesitamos muchas cosas, como salud, alimentos, casa, trabajo, etc. somos seres necesitados. Por eso, debemos acudir a Dios nuestro Padre y pedirle, por medio de la oración, todo aquello que necesitamos. Estemos seguros de que Dios Nuestro Señor siempre oye nuestras oraciones, las atiende y nos va a conceder lo mejor para nosotros, aquello que más nos convenga. El Señor, para animarnos a orar, nos dice: «Si permanecéis en Mi y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que quisiereis y se os dará». (Juan, 15.)
Fue Jesucristo el que enseñó a los apóstoles a orar, recitándoles la oración más hermosa que han podido oír los hombres, el Padrenuestro. En esta oración invocamos a Dios como Padre nuestro, Padre lleno de amor, y nosotros sus hijos y, por tanto, todos hermanos.
La oración ha de ser humilde, confiada, perseverante. Vale mucho más una oración breve, pero bien hecha, que una oración larga pero mal rezada. Jesucristo nos lo dice claramente: «Y orando, no seáis habladores como los gentiles, que piensan ser escuchados por su mucho hablar. No os asemejéis, pues, a ellos, porque vuestro Padre conoce las cosas de que tenéis necesidad antes que se las pidáis». (Mateo, 6.)
También hay una oración hermosísima y muy grata a Dios. Consiste en que todos los días ofrezcamos a Dios nuestras oraciones y trabajo, sufrimientos y alegrías. Todo esto, ofrecido al Señor y realizado con amor y rectitud cristiana, queda convertido en oración. Esta maravillosa oración subirá durante todo el día en alabanza y gloria de Dios, como sube el delicado perfume de la rosa y del nardo.