Lección de Parábola del sembrador

Salió el sembrador a sembrar su simiente, y al sembrarla, una parte cayó junto al camino, y fue pisoteada y la comieron las aves del cielo. Y otra cayó sobre la piedra y, apenas nacida, se secó por falta de humedad. Y otra parte cayó entre espinas, y las espinas que nacían son ella la ahogaron. Y la otra cayó en tierra buena y nació y dio fruto. Y al decir esto, gritaba:

   – Quien tenga oídos, que oiga. (Lucas 8, 5-8; Mateo 13, 3-9.)

   Esta parábola es una de las pocas que el Salvador aplicó directamente, dando Él la explicación. Dijo Jesús:

   – Éste es el significado de la parábola: La simiente es la palabra de Dios. Los granos de junto al camino son los que oyen, mas luego el diablo les quita del corazón la palabra, no sea que, creyendo, se salven. Los de sobre la piedra, son los que, al oír, reciben  al punto la palabra; pero al no tener raíces crecen por algún tiempo, y al llegar la tentación mueren.

Y la que cayó entre las espinas son los que oyeron la palabra, pero como andan entre afanes, riquezas y placeres de la vida, se ahoga y no fructifica. Mas la que cayó en buena tierra, éstos son los que, oyendo la palabra con corazón bueno y perfecto, la retienen, y, perseverando, dan fruto. (Lucas 8, 11-15; Mateo 13, 18-23.)


Dios concede la gracia y el hombre corresponde a ella libremente. De este modo ocurre que hay quienes al corresponder con generosidad reciben nueva gracia, llegando así a abundar cada día más en gracia y santidad.

(Pintura: El descanso en la huida a Egipto. DAVID, Gerard. Galería Nacional de Arte. Washington)

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