Juan Bautista se presenta ante el pueblo para preparar la venida del Mesías, predicando la penitencia.
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilatos gobernador de Judea… Sumos Sacerdotes Anás y Caifás, vino la palabra de dios sobre Juan, hijo de Zacarías e Isabel., en el desierto.
Y recorrió toda la región del río Jordán predicando un bautismo de penitencia para la remisión de los pecados, tal como está escrito en el libro de Isaías:
Voz del que clama en el desierto, preparad el camino del Señor, haced rectas sus sendas. Todo valle será rellenado y todo monte y colina allanados; los caminos torcidos se harán rectos, y los caminos ásperos serán suavizados. Y todo hombre verá la salvación de Dios.
Juan les decía: Haced penitencia, porque está cerca el reino de los cielos y acudía a él toda la región de Judea y todos los habitantes de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
Juan vestía pieles de camello, que ceñía con un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Administraba el bautismo por inmersión.

El bautismo del Precursor no era todavía el Bautismo cristiano, sino un rito de penitencia; pero prefiguraba las disposiciones para recibir el Bautismo cristiano: fe en Cristo, el Mesías, fuente de toda gracia, y apartamiento voluntario del pecado.
(Pintura: San Juan Bautista. GONZÁLEZ SERRANO, Bartolomé. Museo de Bellas Artes. Budapest)