– Prudencia es la recta razón de lo que debe hacerse, por considerarlo justo, moderado o valeroso. Determina el objeto de las otras virtudes, hasta dónde han de llegar.
En la historia de la filosofía se ha llamado el intelectualismo moral a considerar a la prudencia como la única virtud, pues basta para que un hombre haya perfeccionado su razón, para que sea sabio y para que sea enteramente bueno y virtuoso.
– La justicia es el hábito de dar a cada uno lo suyo. El jurista romano Ulpiano (170-228) definía la justicia como la «constante y firme voluntad de dar lo suyo a cada uno»
La justicia debe ser completada con la equidad o igualdad para acomodarse a los casos concretos y particulares.
Por la justicia damos a cada uno lo suyo, pero por la amistad le damos algo más de lo que le pertenece, restándolo a lo nuestro.
La caridad completa y perfecciona la justicia pues consiste en amar al prójimo y también amar a los enemigos.