Regreso desde Egipto a Nazaret
Muerto Herodes, un ángel del Señor se apareció en sueños a José en Egipto, y le dijo: Levántate, toma al niño y a su madre y vete a la tierra de Israel; pues han muerto ya los que atentaban contra la vida del niño. Levantándose, tomó al niño y a su madre y vino a la tierra de Israel. Pero al oír que Arquelao había sucedido a su padre Herodes en el trono de Judea, temió ir allá; y avisado en sueños marchó a la región de Galilea. Y se fue a vivir a una ciudad llamada Nazaret, para que se cumpliera lo dicho por medio de los Profetas: Será llamado nazareno. (Mateo 2, 19-23)
En las diversas circunstancias de su vida, José no renuncia a pensar, ni hace dejación de su responsabilidad. Al contrario: coloca al servicio de la fe toda su experiencia humana.
(Pintura: La huida a Egipto. GIOTO de Bondone. Iglesia de San Francisco. Asís. Italia)


Jesús en el Templo
El niño iba creciendo y fortaleciéndose lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba en él.
Sus padres iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de Pascua. Y cuando tuvo doce años, subieron a la fiesta, como era costumbre. Pasados aquellos días, al regresar, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que lo advirtiesen sus padres. Suponiendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino buscándolo entre los parientes y conocidos, y como no lo encontrasen, retornaron a Jerusalén en busca suya. Y ocurrió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los doctores, escuchándoles y preguntándoles. Cuantos le oían quedaban admirados de su sabiduría y de sus respuestas
Al verlo se maravillaron, y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira cómo tu padre y yo, angustiados, te buscábamos. Y él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que es necesario que yo esté en las cosas de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les dijo. (Lucas, 2, 40-50)
La solicitud con que María y José buscan al niño ha de estimularnos a nosotros a buscar siempre a Jesús, sobre todo cuando lo hayamos perdido por el pecado.
(Pintura: Jesús entre los doctores en el Templo. VERONÉS, Pablo. Museo del Prado. Madrid)
Vida oculta de Jesús en Nazaret
Y bajó con ellos, y vino a Nazaret, y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres. (Lucas 2, 51-52)
La piedad cristiana ha querido entrever en estas frases un conjunto de virtudes y laboriosidad. Seguramente Jesús -primero de joven, y luego hombre- se ejercitó en el oficio de carpintero.
Jesús, modelo en todo, nos enseñó todo sobre las virtudes filiales, el trabajo y la vida oculta.
El Evangelio nos resume la vida admirable de Jesús en Nazaret con solo tres palabras: les estaba sujeto, les obedecía. Jesús obedece, y obedece a José y a María. Dios ha venido a la tierra para obedecer, y para obedecer a las criaturas.
(Pintura: La casa de Nazaret. Zurbarán, Francisco de. Museo de Villa Guinigi. Lucca)
