Durante la Misa los fieles recitan dialogando o junto con el sacerdote oraciones como: «Yo confieso», «Gloria», «Credo», etc. Conviene aprender estas oraciones y respuestas para participar dignamente en la Misa; se pueden encontrar en el Misal o en un devocionario.
4. Primer mandamiento de la Iglesia: oír Misa entera todos los domingos y fiestas de guardar
Para enseñarnos la importancia de la Misa y ayudarnos a cumplir el tercer mandamiento de la Ley de Dios, la Iglesia obliga -bajo pecado mortal- a asistir a Misa los domingos y fiestas de guardar.
Esta obligación empieza una vez cumplidos los siete años, para aquellas personas que gozan habitualmente del uso de razón y no tienen impedimento grave.

La Iglesia desea que participemos en la Misa no porque está mandado, sino por iniciativa propia y con generosidad. Incluso se aconseja a los fieles que participen diariamente en la Santa Misa. La razón es clara: la Misa es el centro y la raíz de la vida de la Iglesia y de cada uno de los cristianos, y es el acto de culto por excelencia ofrecido a nuestro Padre del cielo. Si tuviéramos conciencia de lo que es y de lo que representa en nuestra vida y en la de la Iglesia, haríamos todo lo posible por asistir a Misa cada día.