Primera parte
Te debo advertir que sencillez no es la ingenuidad del que cuenta sus cosas a las primeras de cambio, arrancando sonrisitas, burlas e ironías. Mucho menos es sencillez la pedantería del charlatán rebuscado, o la doblez del que oculta herméticamente sus sentimientos, o la hipocresía del que engaña con comportamientos contrarios a sus intenciones.
Yo, tu Ordenador, he encontrado tipos así, y me han parecido personas inmaduras. Pero lo que me resulta insoportable es tropezarme con un tipo orgulloso. Siempre habla de sí mismo: es el que más sabe de todo, el que mejor hace las cosas, el que posee lo mejor. El es el mejor. Los demás, basura. Repito, es un tipo ¡insoportable!
La sencillez es todo lo contrario, y la persona que la vive es encantadora.
Segunda parte
¿Intentamos estudiarla?
Persona sencilla es la que se comporta habitualmente en consonancia con sus rectas intenciones y convicciones íntimas, ya sea en el hablar, en el vestir o en el actuar, de tal manera que, sin pretenderlo, se da a conocer tal como es: se hace transparente.
Conceptos a destacar
– Consonancia.
– Intenciones íntimas rectas.
– Manifestaciones externas.
– Transparencia de la persona.
Al decir consonancia, quiero decir armonía entre la intimidad y la expresión externa.
La sencillez es señal de autenticidad. Se entiende por auténtico lo que corresponde a la realidad de un ser, sin engaño ni falsificaciones. En el caso del hombre, es auténtico el que manifiesta los valores que le corresponden como persona humana. Y lo peculiar de la persona está en su intimidad, en sus pensamientos, en sus intenciones rectas.
Y este mundo interior, en el hombre sencillo, se manifiesta con naturalidad a través de palabras, del modo de vestir, de toda su conducta.
De tal manera que los que lo oyen o lo ven pueden asegurar que conocen muy a fondo su corazón. Se hace transparente.
La sencillez va muy unida a la nobleza, a la humildad, a la sinceridad, a la lealtad consigo mismo, a la naturalidad.
Siempre se debe ser sencillo en las relaciones con la familia y con los amigos, ya que estas relaciones se basan en el intercambio de intimidades.
En otros ambientes, la sencillez tiene que estar regulada por la prudencia, dictando la oportunidad o conveniencia de manifestar o no la intimidad. Sobre todo, para no caer en la ingenuidad, o para evitar que la espontaneidad se desborde en mala educación.
A la sencillez se oponen la soberbia, la hipocresía, la doblez, la pedantería y la afectación.
Tercera parte
Para ser sencillo:
Hablar con corrección, pero sin rebuscamientos ni afectación
Vestir con sencillez, acomodándose a las circunstancias, sin querer ser distinto ni extravagante
Alabar las buenas cualidades de los otros
Agradecer de corazón
Tratar con delicadeza y educación a los demás
Saludar con efusión sincera a las personas amigas o conocidas
Reconocer abiertamente las propias equivocaciones
Tener capacidad de asombro, para escuchar con interés
Ser sencillo no es cosa concreta. Abarca la personalidad en todas sus manifestaciones. Y hay que empezar por ser hombre de gran corazón, sin timideces. ¡Anímate!
Texto original de don Samuel Valero.