¿Por qué la cifra de divorcios en muchos países llega al 50%, y cerca del 75% si han vivido juntos antes de casarse? Las causas pueden ser variadas, pero en general no han respetado las promesas que se hicieron el día de la boda. En aquella ocasión dijeron: “Yo (José), te tomo a ti (María), como esposa. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.
Te seré fiel en las alegrías y en las penas, cuando haya algún disgusto entre los esposos, cuando no haya dinero, cuando llegue tarde a casa, cuando engordes, o te salgan canas o en cualquier dificultad. No se trata de lograr juntos todo lo placer de vuestro amor pasional, sino de construir una familia amable y generosa, criando unos hijos piadosos.
Te seré fiel en la salud y en la enfermedad, incluso cuando se sufre un ataque al corazón o aparezca un cáncer, cuando envejezcas o estés postrado en una silla de ruedas.
Te amaré y respetaré todos los días de mi vida, es decir, trabajaré todos los días por tu bien, por tu felicidad, por darte todo el amor. Y respetaré tu dignidad, no te trataré con desprecio o como a un inferior; te trataré como algo muy especial y valioso para mí.
Hay que meditar estas promesas durante meses antes de contraer matrimonio y resolver estar dispuesto a emplear toda la fuerza moral, psicológica y física para cumplir esas promesas.