Palabras a destacar:
– Antes de actuar.
– Criterios.
– Pondera.
– Consecuencias.
– Decide actuar o no.
La prudencia principalmente se refiere a los actos futuros. Nos invita a mirar lejos, a prever las consecuencias.
Por esto, supone conocer, reflexionar y juzgar la realidad y sus circunstancias, «antes» de decidirnos a hacer o decir algo.
Y para juzgar la realidad, hay que que tener puntos de referencia con los que poder contrastarla. En un juicio, por ejemplo, se contrasta la conducta de una persona con las leyes. Las leyes, en este caso, son los puntos de referencia o criterios con que juzgar una conducta.
En la prudencia, estos criterios pueden ser: los valores permanentes propuestos en este programa, las leyes ordinarias, el respeto a los demás, etc.
A la luz de estos criterios, se ponderan y se miden las consecuencias favorables o desfavorables para sí mismo o para los demás.
Entonces es cuando el prudente decide actuar y cómo actuar, o decide no actuar. La prudencia siempre dicta una decisión a tomar.
Si eres responsable, serás prudente.
Todo esto puede parecerte complicado. En la vida ordinaria, prudencia es «sentido común». Sentido común que supone tener espíritu reflexivo, educación, respeto y amor a los demás.
Habrá casos en que la prudencia aconseja tomarse tiempo, pensar y consultar antes de tomar una decisión.