Lección de Situaciones irregulares

Puede ocurrir que uno de los cónyuges es infiel y abandona al otro o que se convierte en un alcohólico grave o contrae una enfermedad mortal. En estos casos muchos hombres y mujeres permanecen fieles al compromiso realizado ante el altar de ser fieles en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad.

   Cuando se dan casos extremos en el que una persona ha de asumir un peligro excesivo por sí misma o para sus hijos, cabe, como último remedio, la separación. Sería el caso de que el marido se emborrachara y se tornara violento o gravemente inmoral.

   Pero el derecho a la separación no equivale a la declaración de nulidad.

   El número de divorciados que vuelven a casarse por lo civil crece de modo continuo. Los católicos separados y casados de nuevo se encuentran en una situación irregular y no pueden contraer un segundo matrimonio desde el punto de vista religioso.

   Aunque su situación sea objetivamente reprochable hay que concederles nuestra comprensión. Ningún ser humano tiene derecho a juzgar a quienes se encuentran en esta situación.

¿Pintura: La aflicción. GREUZE, Jean-Baptister. Museo de Louvre. París).

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