Lección de Soy fuerte y no me quejo 2

Una voluntad recia no se consigue de la noche a la mañana. Hay que seguir una tabla de ejercicios para fortalecer los músculos de la voluntad, haciendo ejercicios repetidos, y que supongan un esfuerzo.

   -¿Una tabla?

   Sí, e insisto en que si no suponen esfuerzo son inútiles: ahora hago esto porque es mi deber; y ahora esto otro, aunque no me apetece, para agradar a esa persona que trabaja conmigo; y en casa cederé en ese capricho o en esa manía, en favor de los gustos de quienes conviven conmigo; y evitaré aquella mala costumbre que no me gustaría ver en los míos; y me propongo luchar contra ese egoísmo de fondo para ocuparme de aquél; y superar la pereza que me lleva a abandonarme en mi preparación profesional, mi formación cultural o mi práctica religiosa…

   Sin dejar esa tabla a la primera de cambio, pensando que no tiene importancia.

   Ejercítate cada día en vencerte, aunque sea en cosas muy pequeñas.

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