
La dedicación de tiempo al otro cónyuge es un factor importante para el éxito del matrimonio. Además de dedicar tiempo a los hijos, es imprescindible tener tiempo para estar solos con el fin de permitir la intimidad conyugal.
Sería aconsejable tener un rato cada día para hablar de lo que pasó ese día o tomarse unas vacaciones al año sin niños. Es bueno llamarse desde el trabajo por lo menos una vez al día.
La profesionalitis o adicción al trabajo consiste en una excesiva dedicación al trabajo profesional y puede provocar un descuido de la intimidad conyugal. Puede ocurrir que uno de los cónyuges pase más horas con los compañeros y compañeras de trabajo que con la mujer y los hijos. Ante este hecho el matrimonio debe encontrar su estabilidad y equilibrio en ellos mismos ya que el matrimonio y la familia es el lugar de la intimidad afectiva.
(Pintura: El pequeño concierto. LONGHI, Pietro. Pinacoteca de Brera. Milán)