Lección de Tengo grandes metas 1

¡Qué miedo me da hablarte de audacia! Sólo faltaba esto, que yo, tu Ordenador, te alentase a ser más atrevido, más osado y temerario de lo que ya sois los jóvenes.

    Te hablé de ser prudente y ahora se me ocurre hablarte de ser audaz. Ni yo tengo esto claro. Los valores son complementarios unos de otros, pero nunca pueden ser contrarios, y la audacia y la prudencia lo parecen. Algo me debe fallar a mí, porque estoy convencido de que la audacia es también un valor de la persona, y, por tanto, no puede oponerse a la prudencia. Alguna relación deben tener.

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