En el libro del Éxodo se leen estas palabras que Dios dijo a Moisés y a su pueblo: «Seis días trabajarás y harás todas tus obras, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. Ningún trabajo servil harás en él, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu criado, ni tu criada, ni tus bestias de carga, ni el extranjero que habita dentro de tus puertas. Pues en seis días hizo el Señor el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen y el séptimo descansó» (Éxodo 20,9-11).
Es voluntad de Dios, por tanto, que le dediquemos de forma especial un día a la semana. Es importante subrayar el verdadero sentido del domingo, que es el de santificarlo y santificarnos, no el de divertirnos solamente, y mucho menos de pecar.