Los pueblos germanos penetraron en las fronteras del Imperio romano de dos formas:
– PENETRACIÓN PACÍFICA. Durante doscientos años después de Cristo los germanos entraron en los territorios del Imperio de forma pacífica, unas veces como soldados cobrando un sueldo y otras como cultivadores de tierras. Estos germanos se obligaban a defender las fronteras del Imperio.
– INVASIONES VIOLENTAS. A partir del siglo III (d. C.) los germanos, empujados por los hunos, de raza amarilla, penetraron en grandes grupos, sin que las legiones romanas pudieran frenar la avalancha.