Lección de Tres milagros

Duración: 10 minutos

La tempestad calmada

   Jesús subió con sus discípulos a una barca. Se levantó en el mar una gran tempestad y las olas cubrían la barca; pero él dormía.

   Se le acercaron y le despertaron diciendo:

   – ¡Señor, sálvanos que perecemos!. Jesús les respondió:

   – ¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe? Entonces de levantó, mandó a los vientos y al mar y se produjo una gran bonanza. Los hombres se admiraron y dijeron:

   – ¿Quién es éste que hasta los vientos y el mar obedecen?

La hija de Jairo

   Jairo era el jefe de la sinagoga de Cafarnaún y se arrojó a los pies de Jesús pidiéndole  que fuera a su casa. Tenía una hija única de doce años y estaba a punto de morir. Le pidió:

   – Ven y sánala. Mientras esto ocurría llegó gente y le dijo:

   – Tu hija ha muerto, no molestes al Maestro. Pero Jesús dijo a Jairo:

   – ¡No temas, ten fe! Fue a casa de Jairo y encontró a mucha gente que lloraba y gritaba.

 – ¿Por qué tanto estrépito? – exclamó. La niña duerme. Entró en la habitación donde estaba la muchacha, la tomó por la mano y le dijo:

   – ¡Levántate! y ella se levantó.

   – Dadle de comer.- ordenó Jesús.

La multiplicación de los panes y los peces

   Jesús y sus discípulos se encontraban en el desierto y había mucha gente escuchándole. Llegó la noche y dijo a sus discípulos:

   – Dadles vosotros de comer. Uno de sus discípulos dijo:

   – Hay un joven que tiene cinco panes y dos peces. Pero con esto no tenemos ni para empezar. Jesús dijo al gentío:

   – Sentaos en el suelo. Había unos cinco mil hombres, sin contar mujeres ni niños.

Entonces Jesús cogió los cinco panes y los dos peces, y después de rezar y de dar gracias, los bendijo y los dio a los discípulos para que los repartieran a todos. Comieron todos. Comieron todos hasta estar satisfechos.

   Jesús dijo a los discípulos:

   – Recoged los trozos que han  sobrado. Los recogieron y se llenaron doce cestas con las sobras.

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