El doctor Carnot presenta la historia de una muchacha empleada que puede ser muy interesante para empezar estos temas sobre “los novios”.
“Hace algún tiempo, se me presentó una joven con una carta de recomendación de su patrono, a quien yo conocía.
Querido doctor:
La señorita X, de 25 años empleada en nuestra casa desde hace 7 años, me parece que va por mal camino en estos momentos. Ha sufrido una operación hace 7 u 8 meses y desde entonces tiene muy mal aspecto. Dice que está enferma. Ocúpese de ella. Se la recomiendo muy especialmente. Si lo juzga oportuno, no dude en tomar la iniciativa de enviarla a descansar al campo todo el tiempo que sea necesario, etc…
Miré a la enferma y comprendí por su expresión que había muchas cosas que no marchaban bien…
A mis primeras preguntas para establecer el diagnóstico, no tuve más que repuestas vagas, y muy pronto la pobre joven no pudo contener sus lágrimas. La animé, diciéndole que tuviese confianza, porque yo era padre de familia y porque su patrono me la recomendaba especialmente, sin duda a causa de su trabajo ejemplar. Entonces ella me contó su pobre historia:
‘Perdí a mi madre a los 3 años, mi padre se volvió a casar y me abandonó. Educada por religiosas en Normandía, abandoné el orfanato a los 17 años. Una tía me albergó y comencé a trabajar como vendedora.
Sin afecto familiar, buscaba conocer algún joven par casarme lo más pronto posible. Deseaba el matrimonio, el verdadero, un hogar, hijos…