Lección de ¿Vale todo? 1

En todos los trabajos de investigación sobre este tema se llega a la conclusión de que hay una relación significativa entre las relaciones prematrimoniales y el divorcio.

   En 1992, la Universidad de Chicago publicó un estudio en el que “los hombres que han mantenido relaciones sexuales prematrimoniales tienen un 63% más de probabilidades de divorciarse. Las mujeres, un 73%.” (1)

   Algunos chicos dicen: “si me quieres, demuéstramelo con hechos”. En este ámbito las relaciones sexuales se entienden como testimonio de amor. Pero la realidad es que ese trato íntimo no prueba nada sobre el amor mutuo matrimonial, porque ser novios constituye una realidad distinta que ser marido y mujer y poderse amar como tales.

   Hay que tener una idea clara: los novios no son los esposos. Hasta que no pronuncien el SI libre y definitivo de la boda, no se instaura el verdadero amor que transforma a los novios en esposos. Por eso las relaciones prematrimoniales, aunque aparentemente sean semejantes, son de hecho radicalmente distintas que las que se llevan a cabo dentro del matrimonio: no sólo en su significado y condición más íntimos y profundos, sino por lo que se refiere a los sentimientos y al gozo personal experimentados.

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