¿Quieres que estudiemos esto razonablemente, sin prejuicios, fríamente?
Persona con pudor es la que reconoce el valor de su intimidad y respeta la de los demás. La que, además, mantiene su intimidad a cubierto de extraños que la puedan dañar, y la descubre únicamente en circunstancias que sirvan para bien propio o ajeno.
Palabras a considerar:
– Valor de su intimidad.
– Respeta la de los demás.
– La mantiene a cubierto de extraños.
– La descubre para bien propio o ajeno.
El pudor hace referencia a la guarda de la intimidad, en general. Pudor no es esconder siempre la intimidad. Pero sí controlarla por decisión personal.
Intimidad es la vivencia que sienten las personas, cuando descubren dentro de sí su realidad propia y compleja, en la que concurren el espíritu, las emociones y el cuerpo. Es una vivencia personal e irrepetible, que no conocen los demás. Y que tiende a mantenerse oculta en el propio corazón. Como si se sintiera vergüenza de darla a conocer.
Se manifiesta que los chicos se han despertado a la intimidad, cuando quieren un cuarto para ellos solos, y empiezan a callar ciertos aspectos de su vida, al hablar con sus padres. Cuando empiezan a distinguir entre lo que deben comunicar a sus padres y lo que se reservan para sí o para otras relaciones.
Tres rasgos distinguimos para saber si una persona aprecia su intimidad:
– Si reserva algo de su ser, emociones, cuerpo, a cubierto de los demás.
– Si es capaz de estar a solas consigo mismo, en silencio.
– Si mantiene el contenido de su intimidad sana mediante la orientación de las personas idóneas.
La intimidad tiene valor con tal de que lo que guarda sea bueno.
Ahora quiero tratar del pudor, en relación con la intimidad que conlleva la sexualidad.
Existen los sexos. Chicos y chicas. Esto es algo bueno, establecido así por Dios para engendrar nuevas vidas humanas. En esta colaboración para nuevas vidas, está la finalidad de la diferenciación sexual. Y para lograrlo mejor, las mujeres y los varones se sienten mutuamente atraídos y se buscan. Aquí es donde interviene el pudor.
La sexualidad entra en el ámbito de la intimidad, y se guarda como un don a entregar en el cauce del amor conyugal. Para los esposos, la sexualidad es la entrega mutua de intimidades complementarias. Entrega que, además, se debe en justicia.